La censura en China merma la musica
El miedo de Pekín hacia músicos "rebeldes" y los desacuerdos por dinero entre artistas y organizadores, unidos a algún caso de mala suerte, han convertido al país asiático en un desierto musical en el que las giras de las estrellas se cancelan con tanta frecuencia que ya nadie se las cree cuando son anunciadas.
La reciente cancelación de las actuaciones de Bob Dylan en Pekín, Shanghái, Hong Kong y Taipei es el último capítulo de este drama cultural, que ha dejado a los melómanos chinos fuera de la mayoría de las giras de estrellas internacionales y resignados a los conciertos de artistas chinos, coreanos y taiwaneses.
La situación es especialmente preocupante en los últimos dos años, en los que se han cancelado las giras de artistas como Oasis, The Killers, Celine Dion o Linkin Park, mientras que el macroconcierto "Show of Peace" (al que fueron invitados Aerosmith, Green Day, Prince o Coldplay) de momento se ha pospuesto.
Al menos dos de los casos se debieron a imprevistos: The Killers canceló su concierto previsto el pasado enero en Pekín debido a "la enfermedad grave de un pariente cercano", mientras que Linkin Park no pudo estar en China en octubre de 2008 por problemas de salud del cantante Chester Bennington. En el caso de Oasis, sin embargo, fue el Ministerio de Cultura chino el que denegó el permiso de actuación, tras descubrir que doce años antes Noel Gallagher había participado en un concierto pro Tíbet.
El Ministerio de Cultura denegó el permiso de actuación a Oasis al descubrir que 12 años antes Noel Gallagher participó en un concierto pro Tíbet
En cuanto a Dylan, su perfil de "padre de la canción protesta" podría haber pesado también a la hora de que las autoridades chinas denegaran el permiso de entrada. No obstante, dentro de China hay voces que señalan que esta vez las razones podrían no ser políticas -o no solamente- y podría haber también dinero de por medio.
El crítico musical Sun Meng Jin, uno de los más famosos de China, aseguró en su blog que la razón de la cancelación del concierto de Dylan fue la falta de acuerdo entre los promotores del artista y los organizadores del concierto. De acuerdo con Sun, la empresa taiwanesa que promovió la gira en China pedía 400.000 dólares por cada concierto, un precio inaceptable para los organizadores chinos.
Hay quien opina que los recelos del Gobierno chino hacia los artistas occidentales -si bien no la única razón de las cancelaciones, sí la más llamativa- comenzaron el 2 de marzo de 2008, cuando la cantante islandesa Björk gritó consignas a favor del Tíbet en un concierto en Shanghai.
Aquel incidente, ocurrido doce días antes de que en el Tíbet se produjeran las peores revueltas en veinte años, podría haber vuelto a las autoridades chinas muy desconfiadas hacia el pop-rock internacional. Un mes después, esas autoridades denegaban a Celine Dion el permiso para actuar en China. Tampoco debió ayudar mucho a ganarse la confianza de Pekín el hecho de que también en 2008 Guns N'Roses lanzara un nuevo álbum con el título "Chinese Democracy", en el que la canción que daba nombre al disco nombraba al grupo religioso Falun Gong, prohibido en el país asiático.
No obstante, antes de estos incidentes ya hubo episodios de cerrazón china hacia la música extranjera y, por ejemplo, en 2006 el rapero Jay-Z, pareja sentimental de Beyoncé, no pudo actuar en China porque el Ministerio de Cultura consideró que algunas de sus letras eran excesivamente "vulgares".
Hasta los Rolling Stones se encontraron con problemas en su desembarco en China, en 2006: pudieron actuar en Shanghai, pero el Gobierno les prohibió cantar algunas canciones, entre ellas su clásico "Brown Sugar". Dos años antes, a Britney Spears se le permitió actuar en el país asiático, pero sólo a condición de que vistiera ropa más discreta de lo habitual en ella.
Los casos de los Stones y Spears muestran que no es imposible actuar en China, aunque predominan grupos de música ligera y aquellos que ya no están en su mayor momento de fama. La primera banda de pop internacional que actuó en China fue Wham!, en 1985, con un concierto en Pekín que a los agentes del grupo de George Michael les costó meses de interminables negociaciones. Otros le siguieron, también en la línea del pop más "mainstream" y edulcorado, tales como Whitney Houston o Elton John.
Por otro lado, las estrellas optan normalmente por actuar en Shanghai, ciudad con una gran comunidad extranjera, por temor a que los aficionados chinos no los conozcan lo suficiente como para llenar los recintos. Sin embargo, se considera que el primer gran concierto de rock en China fue el que los Deep Purple dieron en Pekín en 2004. Faltaban cuatro años para que Björk gritara "¡Tíbet! ¡Tíbet!" en Shanghái, lo que acabó de abrir la caja de los truenos y convertir las cancelaciones de conciertos en una triste costumbre.
La reciente cancelación de las actuaciones de Bob Dylan en Pekín, Shanghái, Hong Kong y Taipei es el último capítulo de este drama cultural, que ha dejado a los melómanos chinos fuera de la mayoría de las giras de estrellas internacionales y resignados a los conciertos de artistas chinos, coreanos y taiwaneses.
La situación es especialmente preocupante en los últimos dos años, en los que se han cancelado las giras de artistas como Oasis, The Killers, Celine Dion o Linkin Park, mientras que el macroconcierto "Show of Peace" (al que fueron invitados Aerosmith, Green Day, Prince o Coldplay) de momento se ha pospuesto.
Al menos dos de los casos se debieron a imprevistos: The Killers canceló su concierto previsto el pasado enero en Pekín debido a "la enfermedad grave de un pariente cercano", mientras que Linkin Park no pudo estar en China en octubre de 2008 por problemas de salud del cantante Chester Bennington. En el caso de Oasis, sin embargo, fue el Ministerio de Cultura chino el que denegó el permiso de actuación, tras descubrir que doce años antes Noel Gallagher había participado en un concierto pro Tíbet.
El Ministerio de Cultura denegó el permiso de actuación a Oasis al descubrir que 12 años antes Noel Gallagher participó en un concierto pro Tíbet
En cuanto a Dylan, su perfil de "padre de la canción protesta" podría haber pesado también a la hora de que las autoridades chinas denegaran el permiso de entrada. No obstante, dentro de China hay voces que señalan que esta vez las razones podrían no ser políticas -o no solamente- y podría haber también dinero de por medio.
El crítico musical Sun Meng Jin, uno de los más famosos de China, aseguró en su blog que la razón de la cancelación del concierto de Dylan fue la falta de acuerdo entre los promotores del artista y los organizadores del concierto. De acuerdo con Sun, la empresa taiwanesa que promovió la gira en China pedía 400.000 dólares por cada concierto, un precio inaceptable para los organizadores chinos.
Hay quien opina que los recelos del Gobierno chino hacia los artistas occidentales -si bien no la única razón de las cancelaciones, sí la más llamativa- comenzaron el 2 de marzo de 2008, cuando la cantante islandesa Björk gritó consignas a favor del Tíbet en un concierto en Shanghai.
Aquel incidente, ocurrido doce días antes de que en el Tíbet se produjeran las peores revueltas en veinte años, podría haber vuelto a las autoridades chinas muy desconfiadas hacia el pop-rock internacional. Un mes después, esas autoridades denegaban a Celine Dion el permiso para actuar en China. Tampoco debió ayudar mucho a ganarse la confianza de Pekín el hecho de que también en 2008 Guns N'Roses lanzara un nuevo álbum con el título "Chinese Democracy", en el que la canción que daba nombre al disco nombraba al grupo religioso Falun Gong, prohibido en el país asiático.
No obstante, antes de estos incidentes ya hubo episodios de cerrazón china hacia la música extranjera y, por ejemplo, en 2006 el rapero Jay-Z, pareja sentimental de Beyoncé, no pudo actuar en China porque el Ministerio de Cultura consideró que algunas de sus letras eran excesivamente "vulgares".
Hasta los Rolling Stones se encontraron con problemas en su desembarco en China, en 2006: pudieron actuar en Shanghai, pero el Gobierno les prohibió cantar algunas canciones, entre ellas su clásico "Brown Sugar". Dos años antes, a Britney Spears se le permitió actuar en el país asiático, pero sólo a condición de que vistiera ropa más discreta de lo habitual en ella.
Los casos de los Stones y Spears muestran que no es imposible actuar en China, aunque predominan grupos de música ligera y aquellos que ya no están en su mayor momento de fama. La primera banda de pop internacional que actuó en China fue Wham!, en 1985, con un concierto en Pekín que a los agentes del grupo de George Michael les costó meses de interminables negociaciones. Otros le siguieron, también en la línea del pop más "mainstream" y edulcorado, tales como Whitney Houston o Elton John.
Por otro lado, las estrellas optan normalmente por actuar en Shanghai, ciudad con una gran comunidad extranjera, por temor a que los aficionados chinos no los conozcan lo suficiente como para llenar los recintos. Sin embargo, se considera que el primer gran concierto de rock en China fue el que los Deep Purple dieron en Pekín en 2004. Faltaban cuatro años para que Björk gritara "¡Tíbet! ¡Tíbet!" en Shanghái, lo que acabó de abrir la caja de los truenos y convertir las cancelaciones de conciertos en una triste costumbre.
Labels: china, linkin park, musica
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